¿Cómo viajar por el sur y el norte de Noruega sin ser rico?
Cuando llega el verano, a diferencia de la mayoría de personas, mi mayor atracción no tiende a ser buscar sol y playa. No soy muy de agua, la arena suele molestarme y cada vez huyo más de la gente. Quizás por todo esto tengo tendencia a viajar a lugares en los que durante nuestro verano sea necesario un buen forro polar. El sol prefiero dejarlo para la primavera y el otoño.
Realizar viajes a lugares cuya economía está muy por encima de la nuestra suele ser un gran reto, pero, en nuestro caso, llevamos las pautas tan medidas que muchas veces acaba resultando un viaje más económico que otro en el que todo parece que no vale nada y uno acaba sacando demasiado a la ligera la cartera de su bolsillo.
Como siempre la escala de valores de cada uno marcará qué debe ser indispensable para cada destino o viaje. A veces es mejor saber esperar, seguir ahorrando y aplazar un tiempo más el viaje que realizarlo con la sensación de que no es cómo debería de ser.
Realizar este viaje a Noruega nos requirió mucho tiempo de búsqueda y muchas sumas y restas hasta dar con una ruta acorde a nuestra capacidad económica pero también a nuestras expectativas.
Nuestra combinación para conocer este fantástico país de fiordos, nieve y vikingos fue dar prioridad a poder estar el máximo de días posibles para dar cobertura a un recorrido amplio a un ritmo de dos adultos y dos niños pequeños y olvidarnos de realizar cualquier gasto que no fuera indispensable. Aún así, para que el viaje fuera completo, había ciertos gastos que sí queríamos asumir relacionados con excursiones y actividades.
Nuestro gasto en comidas fue el mínimo posible, las dos bolsas de viaje que facturamos iban completamente llenas de alimentos envasados para ayudar a pasar esos días con el menor coste posible. Nos hicimos expertos en productos de alimentación que no fueran en envases de cristal o enlatados que pesaran en exceso, que no necesitaran frío para su conservación, y que fueran de rápida cocción. Es increíble la cantidad de opciones que existen. Sí, es cierto, seguro que no fue la alimentación más sana y equilibrada del mundo, pero no había otra opción. Embutidos, sobres de pasta preparada, verduras al vacío, carnes preparadas, arroces, incluso algo de pescado. Las únicas compras que hicimos allí fueron productos locales, lácteos, pan, alguna galleta y algunas chips. No os perdáis las cerezas que os ofrecerán por los caminos, las fresas de la zona de Valldal, los quesos de cabra de Undredal y lógicamente las chips de bacalao y el salmón. También en las zonas más urbanas o en centros comerciales grandes podéis encontrar algunos fastfoods de comida asiática, kebabs o pizzas para no tener que usar siempre el hornillo o la cocina si se dispone de ella en el alojamiento. Eso sí si queréis ahorrar olvidaros del alcohol o bebidas que no sean el agua, los precios son prohibitivos incluso en los supermercados.
Superado el reto de alimentarse el principal coste a considerar era el alojamiento.
Noruega tiene una infraestructura hotelera carísima, imposible para una familia de 4 como la nuestra. También es cierto que al viajar con niños nuestra primera opción nunca suelen ser los hoteles.
Si se pretende realizar un viaje más allá de Oslo la complejidad orográfica de este país no permite establecerse en un punto para realizar excursiones de un día y regresar al mismo punto a dormir. Esto iba a suponer el mayor reto de nuestro viaje, ir con niños pequeños y no dormir prácticamente ningún día en un mismo sitio. Asumida la complejidad de hacer y deshacer mochilas a diario este viaje fue una suma increíble de lugares bellos en los que dormir.
Separamos el viaje en dos partes: el norte y el sur. La distancia entre ambas partes era excesivamente amplia y decidimos realizarla en un vuelo interno Oslo-Tromso. Otra opción hubiera sido en barco desde Alesund pero lo descartamos por precio y tiempo.
Después de muchos análisis sobre las opciones y costes decidimos que la ruta del sur la realizaríamos en coche y pernoctando en la amplia red de campings que dispone el país con excepción de las ciudades de Oslo, Bergen y Stavanger.
Los campings del sur de Noruega son campings de montaña pequeños y sin grandes pretensiones pero muy bien resueltos. Disponen de zonas comunes limpias, siempre con algún espacio para que los niños jueguen y normalmente están muy bien ubicados.
En un mismo camping podemos encontrar diversas formas de alojarnos según nuestra economía y/o necesidades. Nosotros descartamos ir en tienda, pero tengo que decir que tanto en el sur como en el norte nos encontramos con muchos viajeros realizando la ruta de este modo. Para nosotros, con niños pequeños, conociendo nuestro estado de cansancio al acabar el día no era una opción sostenible. Pero la mayoría de los campings de esta zona de Noruega ofrecen también otros alojamientos, diferentes tipos de cabañas y bungalows que a diferencia de otros países puedes alquilarlos en pleno verano para sólo una noche.
Podéis encontrar tres tipos de alojamientos
Opción 1
La opción más económica es una cabaña tipo refugio, sin baño ni agua corriente. Mayoritariamente suelen ser de 4 personas, aunque algunas también disponen de opciones para solo dos personas. Está equipada con una mesita y un fuego eléctrico para hacer tu propia comida. Para el resto de necesidades debes hacer uso de las zonas comunes.
Tener presente que la mayoría de los campings de Noruega disponen de una cocina/comedor comunitario donde puedes cocinar y pasar el rato si el frío o el viento hacen presencia y son realmente un alivio.
Opción 2
Por encima del tipo “refugio” disponen de una cabaña con agua corriente. A diferencia de la anterior tiene ya un espacio destinado a cocina con su fregadero con agua corriente fría, pero no dispone de baño.
Opción 3
Y finalmente estaría lo que aquí entendemos por bungalow, un apartamento con su cocina, su baño y su ducha totalmente equipado.
Para encontrar un punto de equilibro nosotros realizamos todo el sur de Noruega alternando diferentes tipos de cabañas desde las más sencillas a alguna más completas para poder descansar y ducharnos con más calma. Las duchas en estos campings suelen ir con monedas y la tensión de quedarte sin monedas a medio lavado de pelo y con un par de niños sin aclarar nos generó algunas que otras risas.
Según el camping o el tipo de cabaña te indicarán si viene con sábanas bajeras o no. Mantas suele haber en todos, pero no sábanas bajeras. Nosotros viajamos con nuestros sacos de verano, no pesan, no abultan y era lo más fácil para no tener que añadir un gasto extra solicitando sábanas.
En el caso de las ciudades del sur optamos por tres recursos de alojamiento diferentes. En Oslo recurrimos a una residencia universitaria con habitación para 4 con cocina y baño, en Bergen a un albergue con habitación de 4 sin cocina ni aseo pero muy muy céntrico y en Stavanger, al que fuimos con la principal voluntad de subir al “Preikestolen”, nos alojamos en el refugio a los pies del inicio de la ascensión para facilitar una aventura de tal envergadura a nuestros hijos que por entonces tenían 6 años.
Actualmente existen buscadores de alojamientos que facilitan el reservar con tranquilidad, pero yo os recomiendo que busquéis un poco más a nivel local. La mayoría de los campings se pueden reservar por email o por teléfono sin ningún pago adelantado. Eso sí, si no llegas antes de la hora indicada sin avisar pondrán a disposición de otros viajeros tu reserva.
Si no necesitas grandes lujos y quieres alojarte en medio de paisajes indescriptibles esta es tu mejor opción para conocer el sur de Noruega. Y si aún quieres ahorrar más siempre podrás hacerlo alojándote con las plataformas de couchsurfing o con tienda de campaña en acampada libre.
Nosotros éramos 4 por lo que el alquiler del coche nos merecía la pena y además queríamos disfrutar de la libertad de movimiento para acercarnos a senderos y paisajes que son más complejos en transporte público. Realmente valió la pena, creo que no he recorrido paisajes y carreteras tan espectaculares, día tras día la belleza iba superándose y sorprendiéndonos. Os diré también que las carreteras de Noruega no son nada fáciles. Algunos días acabamos más cansados de la tensión de la conducción que de las excursiones a pie. A pesar de ello ahora mismo cierro los ojos y siento ese fluir libre de circular por los mejores escenarios de ensueño prácticamente solos.
La ruta que queráis hacer en el caso del sur de Noruega marcará mucho dónde recoger y devolver el coche y es un punto realmente importante a estudiar antes de definir vuestro viaje. Hay quien no lo importa hacer más kilómetros y realizar un tour circular para devolver el coche en el mismo punto. Hay quienes prefieren realizar alguno de los trayectos largos en tren, barco o avión y acotar el coche sólo en un recorrido circular más pequeño y por último quien decide que le compensa el incremento de devolver el coche en otro punto del país aunque eso repercuta en un gasto. Esta última opción hay que trabajarla usando todos los buscadores y presupuestos posibles, en algunas compañías el incremento es realmente una barbaridad, pero en otras se puede encontrar un punto justo. Para nuestro caso, al viajar con niños y no encajarnos ninguno de los circuitos circulares que ideamos encontramos una oferta recogiendo en el coche en Stavenger y devolviéndolo en Oslo.
¿Qué hicimos entonces por el norte? ¿Optamos por la misma opción?
Hay que reconocer que cuadrar el recorrido/alojamientos del sur fue relativamente fácil, pero al empezar el dibujo del norte lo cosa se complicó. La mayoría de los campings en el norte no disponían de refugios, cabañas ni bungalows. El alojamiento era muchísimo más caro que en el sur así que estuvimos muy muy cerca de dejar las Lofoten para otra ocasión.
Finalmente encontramos la mejor solución, alquilamos una camper, nuestra primera Volkswagen. La combinación de sumar en un solo gasto el vehículo más el alojamiento y además no tener que estar pendiente de llegar a un punto concreto para dormir fue una auténtica maravilla. Volvimos encantados de esta nueva experiencia en familia y es algo que hemos vuelta a repetir en otros viajes en los que la búsqueda de alojamiento para 4 no era ni fácil ni económico y además el entorno ofrecía opciones para pernoctar en paisajes de ensueño.
Por aquel entonces la pernocta libre todavía estaba permitida siguiendo ciertos criterios y podías encontrar lugares en los que pasar la noche con acceso a un baño público y unas mesas. Sé que cada año se han puesto más serios con la libertad de dormir en cualquier lugar, pero es cierto que los costes de dormir en camping no son un gasto muy elevado por lo que sigue valiendo la pena.
Somos conscientes que esta forma de viajar no es apta para todo el mundo, pero si realmente lo que deseas es poder viajar a toda costa y no dejar de darte ese pequeño lujo en cada viaje que de sentido al recorrido esta es una manera de lograrlo.
A partir de aquí todas las recomendaciones típicas para realizar un viaje de la forma más económica seguro que ya los conocéis. Reservar cuanto antes los vuelos, intentar viajar fuera de la temporada alta, usar las diferentes cards que ofrecen para visitas a museos o incluso transportes, pero no os olvidéis de lo más importante para este viaje por Noruega, lo verdaderamente grande de este viaje reside en sus espectáculos naturales, actividades al aire libre que pueden gozarse de una forma totalmente gratuita, calzaros una buenas botas, obviar si llueve o no (porque seguro que os lloverá en algún momento) y dejaros enamorar por su increíble belleza.
Precioso viaje combinando norte y sur, coche y furgo. Para volver con bellos recuerdos y ganas de más.
Muchas gracias por tu comentario Eva. La verdad que generamos muy bellos recuerdos y ganas de más siempre tenemos jejeje. Pronto os compratimos por aquí más experiencias de este fabuloso país. Un abrazo,
Un gozada de leer, información completa y muy útil
Muchísimas gracias por leernos y nos encanta que hayas disfrutado de su lectura. Es fantástico que la información pueda ser útil y que además os lo paséis bien leyéndola; yo gozo escribiéndola y sabiendo que alguien la lee. Muchas gracias de nuevo.
Qué maravilla, he disfrutado tanto leyendo tu descripción del viaje, que ahora mismo haría la mochila. Muchas gracias Irene.
Es un país hermoso, nunca olvidare esa experiencia .